El dolor es una sensación desagradable que le hace saber a uno que algo podría ir mal. Es una de las señales que el cuerpo utiliza para indicar la existencia de un problema que necesita atención. El dolor se inicia en las células nerviosas receptoras situadas bajo la piel y en los órganos de todo el cuerpo. Cuando hay una enfermedad, una herida o algún otro tipo de problema dichas células receptoras envían mensajes a lo largo de las vías de conducción nerviosa hacia la médula espinal, que a su vez lleva el mensaje al cerebro. Los medicamentos para el dolor actúan reduciendo o bloqueando esos mensajes antes de que lleguen al cerebro.
El dolor puede ser una ligera molestia, como en un dolor de cabeza leve, o algo intolerable y que va en aumento, como el dolor en el pecho que acompaña a un ataque al corazón. Se considera que en EE.UU. el dolor crónico representa el problema más costoso de salud. El aumento en los gastos médicos, la pérdida de ingresos, la pérdida de productividad, los pagos por compensación y los gastos por servicios legales son algunas de las consecuencias económicas negativas del dolor crónico. Analicemos lo siguiente: El dolor en la zona lumbar es uno de los problemas de salud más representativos.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), del 70 al 85 por ciento de todas las personas en algún momento de su vida sufren de dolor de espalda. En las personas de menos de 45 años, el dolor de espalda es la causa más frecuente de limitación en sus actividades. El dolor provocado por el cáncer influye sobre la mayoría de los pacientes que se encuentran en etapas intermedias o avanzadas de cáncer. Todos los años se diagnostican aproximadamente 1.4 millones de nuevos casos de cáncer en EE.UU. El dolor causado por la artritis afecta a casi 47 millones de norteamericanos cada año.
Según el Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Apoplejía (NINDS), los dolores de cabeza afectan a adultos de los E.E.U.U. de millones. Los tres tipos más comunes de dolores de cabeza crónicos son jaquecas, dolores de cabeza del racimo, y dolores de cabeza de la tensión. Otros padecimientos con dolor como las neuralgias y las neuropatías que afectan los nervios de todo el cuerpo, el dolor debido a daños en el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal), asi como el dolor para el que no se encuentra una causa física o dolor psicogénico, aumentan el número total de casos informados.
¿Cuáles son los diferentes tipos de dolor?
Los dos tipos de dolor son los siguientes:
- Dolor agudo - puede deberse a una inflamación, daños en un tejido, una herida, una enfermedad o una cirugía reciente y es de corta duración, ya que por lo general dura menos de una o dos semanas. Suele ceder una vez que se trata o se resuelve la causa subyacente de la enfermedad.
- Dolor crónico - dolor que persiste durante semanas, meses e incluso años.
El dolor crónico es un dolor que persiste después del período habitual de recuperación o que aparece junto con una enfermedad crónica, como por ejemplo la artritis. El dolor crónico puede ser continuo o intermitente. Puede afectar a las personas hasta tal punto que no pueden trabajar, pierden el apetito, no pueden realizar actividades físicas de ninguna clase y no disfrutan de la vida. El dolor crónico se considera un problema médico muy serio que puede y debería ser tratado.
¿Cuál es la causa del dolor crónico?
Existen muchas causas de dolor crónico. Puede haber empezado después de una enfermedad o un accidente de los que la persona se ha recuperado hace tiempo. O puede ser debido una causa prolongada, como la artritis o el cáncer. Muchas personas sufren dolor crónico sin que existan lesiones previas ni evidencia de enfermedad.
¿Qué es "el trío terrible"? Cuando el dolor llega a ser un problema tan grave que interfiere con el trabajo y las actividades normales, el paciente puede entrar en un círculo vicioso. Cuando una persona comienza a preocuparse por el dolor puede, a su vez, deprimirse y volverse irritable. Esta depresión e irritabilidad suele provocar insomnio y agotamiento, situación que causa una mayor irritabilidad, depresión y dolor. Este estado de sufrimiento, insomnio y tristeza se denomina "el trío terrible". La necesidad de calmar el dolor puede provocar adicción a las drogas en ciertas personas y llevar a otras a someterse a varias intervenciones quirúrgicas o tratamientos de naturaleza dudosa o cuestionable. La situación puede ser tan dura para la familia como lo es para la persona que sufre el dolor.
Tratamiento del dolor crónico:
El dolor crónico afecta a todos los aspectos de la vida de una persona; por lo tanto, el tratamiento más eficaz incluye no sólo el alivio de los síntomas, sino también otros tipos de apoyos. Un enfoque multidisciplinario para el control del dolor puede proporcionar a menudo las intervenciones necesarias para controlar el dolor. Los programas para el control del dolor generalmente se llevan a cabo de forma ambulatoria. Muchos profesionales capacitados forman parte del equipo de rehabilitación para el control del dolor, incluyendo algunos o todos de los siguientes:
- Neurólogos / neurocirujanos.
- Ortopedas / cirujanos ortopédicos.
- Anestesiólogos.
- Oncólogos.
- Fisiatras.
- Enfermeras.
- Fisioterapeutas.
- Terapeutas ocupacionales.
- Psicólogos o psiquiatras.
- Trabajadores sociales.
- Coordinadores de la atención médica.
- Consejeros vocacionales.
El programa de rehabilitación para el control del dolor:
Se diseña un programa de rehabilitación para el control del dolor para atender las necesidades de cada paciente en particular, dependiendo de su tipo específico de dolor, de su enfermedad o de su condición. La participación activa del paciente y su familia son fundamentales para el éxito del programa. El objetivo de los programas para el control del dolor es el de ayudar al paciente a recuperar el máximo nivel posible de funcionalidad e independencia y a mejorar su calidad de vida general tanto en el aspecto físico como en los aspectos psicológico y social. Las técnicas de control del dolor ayudan a reducir el sufrimiento de los pacientes que padecen dolor crónico. Para ayudar a lograr dichos objetivos, los programas de control del dolor pueden incluir lo siguiente:
- Control médico del dolor crónico, que incluye control de los medicamentos: Entre los medicamentos que se venden sin receta (su sigla en inglés es OTC) se pueden incluir los antinflamatorios no esteroideos (su sigla en inglés es NSAIDs), la aspirina o el acetaminophen. Pueden ser necesarios medicamentos para el dolor que se venden con receta para proporcionar mayor alivio que la aspirina, incluyendo los opiáceos. No obstante, estos medicamentos se reservan para dolores muy intensos, ya que pueden producir dependencia y tener efectos secundarios desagradables. Algunos pacientes pueden mejorar con antidepresivos recetados por un médico ya que estos medicamentos pueden aumentar el aporte de un neurotransmisor que se produce de forma natural llamado serotonina. Se ha descubierto que la serotonina forma parte de una vía cerebral que controla el dolor.
- Las aplicaciones de calor y de frío pueden reducir la rigidez y el dolor, en especial en los casos de trastornos de las articulaciones como la artritis.
- Fisioterapia y terapia ocupacional como los masajes y la hidroterapia.
- Ejercicios para reducir la espasticidad, las contracturas, la inflamación de las articulaciones, las desviaciones de la columna o la atrofia muscular (debilidad y encogimiento de los músculos) para evitar problemas mayores.
- La estimulación eléctrica local o aplicación de breves impulsos eléctricos en las terminaciones nerviosas localizadas bajo la piel puede aliviar el dolor crónico en algunos pacientes.
- Bloqueo nervioso y anestesia regional.
- Apoyo emocional y psicológico para el dolor, que puede incluir lo siguiente: Psicoterapia y terapia de grupo. Control del estrés. Entrenamiento para la relajación. Meditación. Hipnosis. Biorretroalimentación. Modificación del comportamiento. Entrenamiento de reafirmación. La filosofía común de todos estos enfoques psicológicos diferentes es la certeza de que los pacientes pueden hacer algo por sí mismos para controlar el dolor, como modificar su actitud, sus sentimientos, o su comportamiento en relación con el dolor, o simplemente comprender de qué forma ciertas fuerzas inconscientes y acontecimientos pasados pueden influir en la situación actual de dolor .
- Educación y asesoramiento del paciente y su familia.
- Medicina y terapias alternativas, si corresponde.
- Cirugía Puede considerarse la posibilidad de una cirugía para el dolor crónico. Si bien la cirugía puede aliviar el dolor, también puede destruir otras sensaciones o convertirse en la fuente de un nuevo dolor. No garantiza un alivio permanente y el dolor puede volver. Existen varias operaciones para aliviar el dolor. Consulte a su médico para obtener más información.
- Acupuntura La acupuntura, una técnica china con 2.000 años de antigüedad que consiste en la inserción de agujas muy finas bajo la piel en puntos específicos del cuerpo, ha demostrado ser prometedora para el tratamiento del dolor crónico. Las agujas son manipuladas por el médico de tal modo que alivien el dolor.
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